Así quiero vivir yo.

Vivo de los detalles, en las pequeñas cosas es que veo la grandeza, por eso mismo soy sensible y minuciosa y paso meses y años pensando en las secuelas de todas las buenas y malas situaciones que me ha presentado la vida.

No sé si es rencor, no sé si es extrema sensibilidad, no sé si soy muy emocional o no se si no se olvidar, solo sé que así soy y bajo esa vibra se desarrolla mi vida, no puedo ir a por nada a medias, voy por todo a profundidad, hasta el final, hasta donde yo sé que es mi máximo potencial. Bajo esa misma fuerza es el golpe si sale mal. Y bajo esa misma fuerza es el éxito si sale bien.

Tal vez por eso sufro tanto a veces y tal vez por eso es que me hace feliz tanta "pendejada".

Me desequilibra el alma tener que blindarme para que no me lastimen, cohibir tanto de mi para que no abusen, desconfiar, dudar, cuestionar y evitar cuando mi ser no es así...Pero no tengo opción, no tenemos opción, porque nos rodean muchos cuerpos que son solo eso, carne.

Me reconforta saber que no todo es un constante desespero de saber que, si es verdad y que no, porque hay muchos seres que no han dejado que sus errores se vuelvan hábitos y que a partir del respeto y el amor han reconocido que la vida no tiene sentido si el sentido de tu vida es dañar a los demás, a las demás personas, a los demás lugares, a los demás seres, a los demás. Y sí, es un proceso difícil, complejo y no es perfecto, pero eso no es excusa para no intentarlo y ahí es donde empieza a nacer la esperanza.

Este nuevo ciclo comienza desde estas cuestiones de estar confundida, de no entender, de odiar, de amar y de ser. Sigue habiendo miedo, sigue habiendo desorientación, sigue habiendo nula reciprocidad, pero lo que hace la diferencia es la intención.

La intención de vivir esforzándome constantemente para no decepcionarme a mí, para serme leal, para no dañarme, para amarme y para no mentirme, creo firmemente en que el bienestar colectivo es el resultado de la armonía individual, por lo tanto, nadie es capaz de herir al otro sin justa razón cuando se valora a sí mismo. Así quiero vivir yo.