Espacios seguros.

Algunos momentos del día incomodan, recargan la mente de dudas, confusión y desesperanza, las sensaciones que oprimen se expande hasta que tocan al corazón y este se agobia, se agobia muchísimo.

Y entonces pensar se vuelve un don maldito que busca en ti las respuestas a las preguntas que tú no has generado y que, aunque te toca, realmente no quieres responder. Como lo social se vuelve tan sensitivo a pesar de ser tan tosco, tan cruel, no entiendo. A veces quiero en mi familia un espacio seguro, pero solo encuentro estigmas, me dirijo a mis amigos, pero me hace ruido su racismo, acudo a mi pareja, pero me inhabilita el machismo y su cariño a medias, preguntó a mis colegas, pero el clasismo no me deja escucharlos, camino hacia comunidades de resistencia, pero la discriminación es evidente, corro hacia mi comunidad, pero no desean interpelarse, intento con el resto de la sociedad, pero solo tienen tiempo para usarme más no para escucharme.

Y si, el cariño, el amor y el cuidado prevalecen, están presentes en muchos núcleos y ayudan bastante, pero al final... Hay momentos del día en donde sé que no tengo espacios seguros, que ni siquiera yo soy un espacio seguro para mí por la cantidad de heridas que me sacuden y desorientan cuando les apetece, que solo me aferro a las maravillas que suceden cuando cierro los ojos y me pongo a soñar, y que esos anhelos convertidos en fantasías son los que me dan la sonrisa y actitud chimba que acomodo a mis días.

Por lo tanto, vivo así, arrastrada a la esperanza de una vida sin tanta impotencia, sin tanta rabia ante las presiones, sin tanta desconfianza con el otro. Porque, aunque el dolor y la incertidumbre son mi combustible en muchas ocasiones, al final solo deseo días en donde amar sea una realidad y no esa bala de oxígeno a la que me volví adicta para encontrar algo que me diera fuerza para seguir en un mundo tan asesino de almas, sonrisas y dignidades.

Adicional a los miles de defectos que tengo, los errores que siempre cometo, las cargas que asumen los otros cuando comparten conmigo y la infinidad de cosas que tengo que trabajar en mis todos los días, porque sí, quiero ser mi mejor versión algún día y porque también quiero aprender que el hecho de aun no serlo no quiere decir que tengo que aguantar tanta basura. Y también porque a veces soy muy culicagada y me ahogo viendo mucha gente disfrutando de esos pequeños detalles que yo tanto anhelo, independientemente de si son "buenas" o "malas" personas, independientemente de si se lo "merecen" o no y me cuestiono qué tan buena o mala soy yo como para siempre estar sufriendo por lo mismo y nunca saber qué es el bienestar en esos aspectos porque lo he vivido sino porque lo veo en otros.

Quiero que el amor deje de ser esa excusa que me hace soportar tanta mierda solo porque se supone que en algún momento todo valdrá la pena. Me canso de usar el amor como una droga para el aguante. Me ahogo ante tanto atropello, tanta traición y tanta agonía. Me fastidia usar mi energía para resistir mas no para vivir. ... Pero ahí voy, porque si paro me muero y aunque a veces lo pienso sé que realmente no quiero eso, no aún.