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Alma.

  • ycortes6221
  • 10 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 30 mar

Quien sabe cuántas horas, días, meses y años pasan hasta que eres consciente de que existes, no puedo recordar en qué momento me di cuenta de que está viva y de que estaba viviendo, tal vez no me acuerdo porque nunca lo note. Las imposiciones, costumbres, culturas y creencias que no pedí ni acepte son como el aire, sin ellas no pierdo vivir y me acompañan desde el inicio de mis tiempos, no todo es malo en lo que no eliges en tu vida, mi familia por ejemplo, no los cambiaría por nadie a pesar de que no los elegí. Y tampoco todo es bueno, 20 años después me doy cuenta de que muchas cosas de mi entorno las hago, las defiendo y las respeto sin saber por qué. No todo es malo o bueno, a veces las cosas solo son. Recuerdos de mi infancia tengo muy pocos, mis miedos y travesuras son los que más tengo presentes, algo que se ha manifestado desde siempre es el querer mostrar, el querer hacer, el querer crear un mundo intenso lleno de expresión en donde el movimiento lidere cada paso que doy encaminado a liberar mi mente, mi cuerpo y mi espíritu hasta entrar en éxtasis, sumergirme en este universo que no es mío y dejar que mi alma tome el control. Teatro, canto, música, dibujo, danza, letras, sexo... Arte. Algunas no funcionaron y otras sin duda aportaron su grano de arena cuando se fusionaron con las oportunidades del futuro, joder, mientras escribo esto me doy cuenta que desde siempre he sido un frasco lleno de planetas, diversos, confusos, aislados y hasta en guerra pero que juntos forman un llamativo sistema solar. No sé en qué momento me fui o si en algún punto realmente estuve. Cuando crecen los senos empiezan los problemas y nace la discordia. Entre el colegio, los amigos, los padres, el bullying, las pesadillas, los placeres inentendibles, la menarquia y el día a día de jugar y vivir sin consciencia alguna llega la danza a sembrar una semilla en mi cabeza de la mano de la expresión y de la necesidad del ver: Miren aquí por favor, tengo... Tengo algo que no me puedo guardar para mí. Frente a un espejo en mis sueños se fue creando un carácter que digno de un público atento para recibir expresión en todos sus sentidos. Este carácter colapso en su preciso inicio porque la pubertad hizo su aparición para generar lo que generan la mayoría de las cosas en este mundillo: Seguir porque si y porque toda, subirse al bus en el que se suben todos pero sin saber si en verdad quieres dar un paseo, simple y llanamente porque este tipo de vida no da tiempo pa' pensar, solo da tiempo pa' producir. Sin duda el día que corte mi cabello fue y será uno de los momentos en donde me di cuenta de que existo y que tengo una vida y puedo elegir si aprovecharla o no, a lo lejos se ve irónico y vacío pero la relación de mi cabello conmigo era igual que mi relación con el mundo antes: Te impongo, te optimo y te obligó a ser, nunca me pregunto porque no cuestionó que tan bien esta la decisión, si todos lo hacen yo lo haré también. Que interesante descubrir este tipo de pensamientos 20 años después... Ahora mi carácter me pide que lo deje seguir, si, el que colapso por la necesidad de la vida de seguir su "debido" recorrido. Como ahora la danza es una base de lo que quiero ser como persona es muy lógico para mí que mi carácter tenga la oportunidad de evolucionar como es debido y la realidad fue que la supe maravilla de personaje que yo creía que iba a resultar de eso nunca se dio, todo lo contrario.





 
 
 

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